domingo, 23 de enero de 2011

LA VERDAD SOBRE JUAN DIEGO Y LAS APARICIONES



Por Arturo Flores Jiménez

     1. La leyenda de las apariciones de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego es una adaptación de la leyenda española, según la cual, en el siglo XIV (o fines del XIII, según Diccionario UTEHA o el año 1329, según García Icazbalceta; 1330, según Altamirano; etc.), en la provincia de Cáceres, región de Extremadura, España, un pastor llamado Gil Cordero, perdió una vaca, encontrándola muerta a la orilla del río Guadalupe. Al querer quitarle la piel, se le apareció la virgen, quien resucitó a la vaca, encomendándole al pastor, que fuera por los clérigos de Cáceres, excavaran en dicho lugar hasta encontrar una escultura de ella y le construyeran un templo. Al llegar a su casa, Gil encontró que su hijo había muerto; la Virgen lo resucitó delante de los propios clérigos, los que al excavar en el sitio señalado, encontraron la escultura de la virgen y construyeron su templo y después un monasterio. (Tomo V. Obras Completas de Ignacio M. Altamirano)

     2. En México, el culto fue traído por los españoles al mando de Hernán Cortés durante la Conquista: “nuestro gran emperador les ruega que pongan en los adoratorios donde están los ídolos que ellos tienen por dioses, una cruz y una imagen de nuestra Señora de Guadalupe”. (Bernal Díaz del Castillo, en Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, pág. 78). Uno de los sitios escogido fue Tepeyácac donde se encontraba el santuario más importante de Tonantzin Coatlicue, diosa de la tierra y la fertilidad a donde acudía la mayor parte de los peregrinos aborígenes. El antiguo templo fue destruido por los españoles y en su lugar se construyó una ermita donde se colocó una imagen pintada “por el indio Marcos”, de la Virgen María de Guadalupe a la que se siguió rindiendo culto. “Parece esta invención satánica… vienen ahora a visitar a esta Tonantzin  de muy lejos, … la cual devoción también es sospechosa porque en todas partes hay muchas iglesias de Nuestra Señora y no van a ellas” (Fray Bernardino

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 de Sahagún en Historia General de las cosas de la Nueva España; citado en Nuestra Señora de Guadalupe, de Wikipedia en Internet, pág. 4/13).

     3. En 1555, se celebró en la Ciudad de México el Primer Concilio Provincial Mexicano. “El arzobispo Alonso de Montúfar ordenó que se examinaran las historias de los santuarios y de los iconos venerados en México y que todos los que no tuvieran suficiente fundamento se destruyeran. Montúfar le habría ordenado al indígena Antonio Valeriano que escribiera una historia milagrosa que legitimara en México el culto a la Virgen de Guadalupe de España” (Nuestra Señora de Guadalupe, en Wikipedia).

     4. Debido a que el culto guadalupano estaba creciendo demasiado, exacerbando la idolatría, una parte del clero no estuvo de acuerdo. El 8 de septiembre de 1556, día en el que se celebraba la fiesta de la virgen en el Tepeyac (no el 12 de diciembre como ahora), el provincial de los franciscanos, Fray Francisco de Bustamante, en la capilla de San José, ante el Virrey y el alto clero, se pronunció contra “la nueva devoción que se ha levantado sin ningún fundamento en la ermita de Nuestra Señora de Guadalupe, calificándola de idolátrica”, que “venía a destruir lo trabajado por los misioneros, quienes enseñaban a los indios el culto a las imágenes por lo que representaban, y que decirles que una imagen pintada por el indio Marcos, hacía milagros, sería de gran confusión … y que debía averiguarse al autor de aquella devoción y de los milagros … para darle 100 azotes y 200 al que en adelante lo dijera” (Joaquín García Icazbalceta en Investigación Histórica sobre las Apariciones de Nuestra Señora).

     5. Según Wikipedia, en los Diarios de Juan Bautista se afirma que “en 1555 se apareció Santa María de Guadalupe en Tepeyacac” y en los Anales de México y sus Alrededores, que en “1556, XII Pedernal, descendió la Señora de Tepeyacac”, “al mismo tiempo que humeó la estrella”. También el chalca
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Domingo Francisco Chimalpahín Cuauhtehuanitzin en Relaciones de Chalco dice que en el “año 12-Pedernal 1556, ocurrió la aparición de nuestra querida madre Sta. Ma. de Guadalupe, en Tepeyacac”. Pero esto no trascendió.

     6. En 1576, se intentó trasladar la leyenda española a México, por Fray Jerónimo de Mendieta, quien escribió que la virgen se le apareció al indio Miguel de San Jerónimo en Xochimilco. No tuvo éxito.

     7. “En 1611, el dominico Martín de León, cuarto virrey de Nueva España, denunció el culto de la Virgen de Guadalupe como una adoración disimulada de la diosa azteca Tonantzin. El misionero y antropólogo Bernardino de Sahagún … escribió que el santuario del Tepeyac fue extremadamente popular pero preocupante porque la gente llamaba a la Virgen de Guadalupe, Tonantzin.” (Wikipedia, Art. citado)

     8. El culto guadalupano siguió incrementándose, sin saberse nada de las supuestas apariciones, hasta que en 1648, por primera vez, se publica la leyenda mexicana, tal como la conocemos, en la que se narran las apariciones de la virgen a Juan Diego. La primera publicación fue hecha,  por el brigadier Miguel Sánchez, siendo traducción del documento original, escrito en náhuatl por el indio Antonio Valeriano, originario de Azcapotzalco, maestro de Retórica en el Colegio de Tlatelolco, cuyo manuscrito (Nicam Mopohua, que significa: Aquí se narra …),  fue resultado, al parecer, de la encomienda que le hizo el Arzobispo Alonso Montúfar, en 1556. Nicam Mopohua viene siendo una parte de la obra completa Huei Tlamahuizoltica y que se supone  estaba en poder del célebre don Carlos de Sigüenza y Góngora, quien lo proporcionó para su traducción y publicación. Después se editaron muchas versiones, entre otras, las  de Luis Lasso de la Vega, en 1649; de Mateo de la Cruz, en 1660; de Luis Becerra y Tanco, en 1666; etc. (Tomo V. Obras completas de Ignacio M. Altamirano).

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     9. De 1531 a 1648 (117 años), aparte de los Diarios de Juan Bautista, los Anales de México y Cuauhtehuanitzin; que afirman que la Señora de Tepeyacac se apareció en 1555 y 1556, ningún otro historiador de esa época refiere el supuesto acontecimiento; ni siquiera Hernán Cortés, en sus Cartas de Relación, una de las cuales es del 20 de abril de 1532.

     10. Además, en el supuesto año de las apariciones, 1531, el fraile franciscano Juan de Zumárraga, que no era partidario de los milagros, ya no estaba en México. Había llegado en 1528 con el nombramiento de “Protector de los indios”, sin ser obispo consagrado,  pero por cumplir con su labor de defender a los indios de despojos, gabelas y malos tratos, tuvo serias diferencias con los Oidores de la Primera Audiencia al mando de Nuño de Guzmán. Uno de ellos, Diego Delgadillo, lo acusó ante la Corte de 34 cargos, por lo que en enero de 1531 se le ordenó presentarse inmediatamente al Consejo de Indias. Así que en ese año de 1531 se regresó a España, se defendió de los cargos en un largo juicio; salió avante y fue consagrado como obispo el 27 de abril de 1533, regresando a Nueva España hasta 1534 (Historia de México. Tomo 5. Editorial Salvat, págs.. 1195 y sigts.)

     11. “Algunos historiadores consideran que la imagen fue hecha para representar sincréticamente a la Virgen María y a la madre diosa azteca Tonantzin” … para que “los españoles del siglo XVI ganaran el apoyo de la población indígena de México” . (Wikipedia).

     12. Por otra parte, no es creíble que una persona (Juan Diego), tenga que recorrer alrededor de 50 km, a pie de ida y vuelta, todos los días para oír misa (de Cuautitlán o de Tulpetlac, donde se dice que vivía, hasta Tlatelolco).

     13. Considérese, también que la tilma de Juan Diego,  en la que supuestamente quedó impresa la imagen de la virgen,

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debió haber sido para un gigante, pues  mide 1.03 m de ancho por 1.78 de alto.

     14. El historiador Joaquín García Icazbalceta, por encargo, discrecionalmente, del Arzobispo Labastida y Dávalos, llegó a la conclusión de que nunca hubo tal persona llamada Juan Diego, en su Investigación Histórica sobre las Apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe, en 1883.

     15. La imagen presenta varias inconsistencias, como:    las  estrellas  del  manto,  así  como  los adornos dorados del vestido, que evidentemente se pusieron con plantilla, al final de la pintura principal, pues no siguen las sombras formadas por los pliegues de la ropa. En la imagen debiera existir un intenso fondo de luz, como narra la leyenda y no unos picos dorados, totalmente irregulares a su alrededor. Nótese, también que en el dibujo de la cara, en el sentido vertical, el tamaño de la nariz, de la frente, de la altura del pelo y del mentón hasta la base de la nariz, son exactamente iguales. Esto da una idea de perfección, de las dimensiones humanas, que algunos pintores tienen y que no concuerda con la realidad. También resulta extraño que las alas del angelito, que está cargando a la virgen, tengan los colores de la bandera mexicana, la cual fue diseñada hasta el siglo XIX. En cambio, la existencia de la media luna, revela la relación con la cultura árabe, que se instaló en España, así como el propio nombre de Guadalupe, que es una palabra árabe que significa “río de lobos” o “río de luz”.

    16. Nótese que el relato de las apariciones está en tercera persona, como si el relator hubiera estado detrás de Juan Diego. ¿Quién fue ese relator? ¿Hubo algún testigo de las apariciones? ¿Por qué la virgen que quería su templo, no se le apareció directamente al Obispo Zumárraga? ¿Por qué buscar intermediarios? ¿Por qué, si la virgen se apareció en el cerro, adonde llamaba a  Juan Diego a que subiera, en lugar de bajar ella? Y ¿por qué construyeron el templo, no en el cerro, sino al

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pie del mismo? Además, ¿no supo la virgen que el cerro estaba atravesado por una falla geológica? Y ahora que se abandonó el antiguo templo y se construyó el nuevo, lejos del cerro, ¿no es desobedecer a la virgen, contradiciendo su deseo?

     17. Del análisis hecho a la imagen en el año de 1982, por José Sol Rosales, experto en conservación y restauración de obras de arte, se deduce, que:

            17.1 Se trata de una pintura al temple, realizada en el siglo XVI.

            17.2 Ha sufrido innumerables deterioros, retoques y mutilaciones a la capa de preparación que le sirvió de base.

            17.3 El supuesto ayate “no está hecho de henequén, sino de lino y cáñamo.”

17.4 Los elementos dorados se aplicaron hasta después de concluida la pintura, con plantilla, razón por la cual aparece como si se hubiera aplicado a una superficie plana, por lo que no hay concordancia con los pliegues de la ropa.

17.5 Hubo necesidad de cambiarle el bastidor para poder tensarla, “pues la falta de tensión puede agrietarla”.

         17.6 “Está protegida por cristales. Así, puede durar siglos” (Revista Proceso, 19/05/02)
   
     18. “Norberto Rivera Carrera, Arzobispo de México,  en 1999 contrató los servicios de Leoncio Garza-Valdés, experto en Arqueomicrobiología, de la Universidad de San Antonio Texas, famoso por haber trabajado en el sudario de Turín, para examinar la capa bioplástica (formada por bacterias) del lienzo de la Guadalupana. Al fotografiar la imagen mediante cámaras equipadas con modernos filtros para  radiaciones  electromagnéticas, aparecieron empalmadas, tres pinturas
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diferentes realizadas en fechas distintas. La más antigua es una copia de la Guadalupana española, con un niño en el brazo izquierdo y muestra la fecha 1556 y las iniciales M. A. lo que confirma que el pintor fue Marcos Aquino, pero de la pintura original, no de la actual. Garza-Valdés recuerda que en la obra “Pintura Colonial en México” de Manuel Toussaint, se menciona que Marcos Aquino o Marcos Cipac había pintado a la Guadalupana. Posteriormente, dicha obra fue cubierta con una capa de pintura blanca sobre la que se plasmó la segunda pintura. Ésta, es otra virgen con rasgos indígenas, desplazada 15 cm de la actual. Después, pero en el mismo siglo XVII se volvió a cubrir con pintura blanca y se realizó la tercera pintura tal como la conocemos. Una de las dos últimas fue pintada, según el experto por Juan de Arrue en 1625,  pues encontró un documento en el Archivo General de la Nación, en el que se testifica que se le pagó a dicho pintor por haber hecho la imagen de la Virgen de Guadalupe (Revista Proceso No 1334 del 26/05/2002).

     19. La prueba más contundente sobre la inexistencia de las apariciones es su incongruencia con la razón.

     20. Mientras no se destinen recursos suficientes a educación, ciencia y cultura, las iglesias seguirán adueñándose de las conciencias.


Chilpancingo, Gro. Trabajo actualizado. Abril de 2010.

Ing. Arturo Flores Jiménez. arfloji@hotmail.com







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                      BIBLIOGRAFÍA:

Diccionario enciclopédico UTEHA. Tomo V, pág. 860.

Núñez y Domínguez. El Santuario de la Guadalupana Española. Citada por J. G. Icazbalceta, pg. 193.

Bernal Díaz del Castillo. Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España.  Págs.: 47, 78, etc.

Hernán Cortés, Cartas de Relación, incluyendo la del 20 de abril de 1532.

Ignacio M. Altamirano. Obras completas, Tomo V. Páginas: 138, 152 a 160.

Joaquín García Icazbalceta. Investigación Histórica y Documental sobre las Apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe. Páginas: 27, 38, 143, 193.

Historia de México. Tomo 5. SALVAT. Pág. 1195 a 1197.

Virgen de Guadalupe. Guía México Desconocido. Pág. 21

Revista Proceso. Nos. 1333 y 1334 del 19/05/02 y 26/05/02.

Wikipedia la Enciclopedia Libre. Internet: Nuestra Señora de Guadalupe (México); Virgen de Guadalupe (España); Real Monasterio de Santa María de Guadalupe.