domingo, 6 de febrero de 2011

MENSAJE A PRIÍSTAS



Por Arturo Flores Jiménez

RESEÑA HISTÓRICA

            El partido oficial con el nombre de PARTIDO NACIONAL REVOLUCIONARIO (PNR), fue creado desde el poder, en 1929, durante el gobierno de Emilio Portes Gil,  inspirado por el Gral. Plutarco Elías Calles, considerado como el Jefe Máximo de la Revolución. La finalidad del PNR fue  aglutinar, en una sola organización, a los diversos grupos que se habían formado con posterioridad a la lucha armada  desplegada durante  la Revolución Mexicana y que a veces se enfrentaban entre sí.

            Sus características esenciales fueron: la afiliación colectiva de las corporaciones oficiales; su funcionamiento apegado a una línea dada desde arriba; la férrea disciplina de sus militantes; los acarreos masivos para sus eventos públicos; el tapadismo; el dedazo; la cargada y su financiamiento con recursos oficiales.

            Pero se notaba que había, en el gobierno una verdadera preocupación por ir resolviendo los problemas ancestrales del pueblo, que se hizo más evidente en el régimen del Presidente Lázaro Cárdenas, quien después de liberarse de la tutela de Calles, se propuso aplicar el Plan Sexenal que previamente se había elaborado. Surgió así el Partido de la Revolución Mexicana en 1938 (PRM), en el que se prescindió del sector militar y se prosiguió el cumplimiento del ideario revolucionario.

            En 1946, durante el régimen de Miguel Alemán, el partido se convirtió en el actual Partido Revolucionario Institucional (PRI).

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            Desde su fundación hasta 1952, se puede considerar la primera etapa del partido, durante la cual, se consolidaron las bases jurídicas e institucionales para el posterior desarrollo de la nación: se implementaron leyes, instituciones y acciones, tendientes a impulsar el desarrollo económico y social del país, como el impulso a la educación popular, tanto básica como superior, con la creación de miles de escuelas y del Instituto Politécnico Nacional (IPN); la nacionalización del petróleo y de los ferrocarriles; la reforma agraria, con el reparto de tierras a los campesinos; fundación del Banco de México y de la Banca de Desarrollo, del IMSS, de la Dirección de Pensiones, etc.

DESARROLLO ESTABILIZADOR:

          En 1952, con el presidente Ruiz Cortines, se inició un régimen de austeridad y equidad en el gasto público; se incrementaron los salarios a los trabajadores en 10 % cada 1 de enero, pero no el de los funcionarios públicos medios y altos. Al tener más dinero las clases bajas, se activaba el consumo. Al principio surgía un ligero aumento en la inflación, que rápidamente desaparecía con el aumento de la producción de bienes y servicios. Esta política condujo poco a poco a un crecimiento económico del país, de manera sostenida y el crecimiento del PIB llegó a ser de casi 7 % anual. El artífice de esta política económica fue el Lic. Antonio Ortiz Mena, quien como Secretario de Hacienda la prolongó durante los dos sexenios siguientes, de López Mateos y de Díaz Ordaz, hasta 1970. Todo este periodo de 18 años de crecimiento sostenido de la economía se conoció como “el milagro mexicano” o de “desarrollo  estabilizador” y ocasionó que Ortiz Mena fuera llamado a dirigir posteriormente el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En esta época se mejoró el nivel de vida de la mayoría de los trabajadores,    se    fundó    el    ISSSTE    aumentando    las
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prestaciones a los burócratas, se construyeron grandes obras de infraestructura, como carreteras, presas, aeropuertos, etc. se otorgó el voto a la mujer, se incrementó la producción agropecuaria y alimenticia, se estableció la semana de 5 días de trabajo y 2 de descanso a los burócratas, se estableció el aguinaldo, la prima vacacional, el reparto de utilidades, etc., etc. Recuérdese que el movimiento estudiantil de 1968, sofocado a sangre y fuego, no tuvo demandas económicas, sino políticas, pues regía el autoritarismo y la represión a los movimientos populares. La prensa estaba amordazada y las libertades restringidas. El PRI apoyó al gobierno en todo momento y aplaudió a Díaz Ordaz en la matanza de Tlatelolco.

LA DOCENA TRÁGICA

       Durante los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo, de 1970 a 1982, ya no hubo el control del gasto en inversión pública que hacía la Dirección de Vigilancia de la Secretaría de la Presidencia, pues esta labor se encomendó a las Contralorías que se implementaron en todas las secretarías. Por lo tanto aumentó la burocracia y el  consiguiente gasto corriente. La deuda externa creció de 4,262 millones de dólares en que la dejó Díaz Ordaz, hasta los 19,600 que le heredó Echeverría a López Portillo (360 % en 1976), que a su vez la elevó hasta 58,900 en 1982 (204 %). En este periodo, con Echeverría se impulsó la construcción de caminos rurales, usando la mano de obra de las propias  comunidades;  con López Portillo, la economía se petrolizó al aumentar considerablemente la extracción y exportación de petróleo crudo incrementándose la captación de divisas. Fue como un espejismo, pues al bajar el precio del barril,  los especuladores se apresuraron a comprar grandes cantidades de dólares baratos, sacándolos del país y haciendo insuficientes  las reservas internacionales de dólares, para
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cumplir con el servicio de la deuda. El gobierno hizo frente a la grave situación, primero con sucesivas devaluaciones de nuestra moneda y después, con la nacionalización de la banca comercial. En estos dos sexenios conocidos como “la docena trágica”, el PIB creció a más del 6 % anual en promedio. La falta de democracia dio origen, desde los años 70, al surgimiento de varios movimientos guerrilleros y a la llamada “guerra sucia”, consistente en la persecución, encarcelamiento y/o desaparición, de cientos de luchadores sociales. El PRI aplaudió a rabiar la nacionalización de los bancos.

EL NEOLIBERALISMO

SEXENIO DE MIGUEL DE LA MADRID.

       De 1982 a 1988, un grupo de economistas egresados de universidades norteamericanas se incrustó en el poder para impulsar políticas proclives a los intereses de los grandes consorcios extranjeros, recomendadas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Miguel de la Madrid y su grupo se dieron a la tarea de poner en práctica dichas políticas conocidas como  “neoliberalismo” según el cual, el libre juego de las fuerzas del mercado, resuelve todos los problemas económicos, sin la intervención del Estado. Se comenzó a desmantelar el patrimonio de la nación, desincorporando las empresas estatales, mandando a la calle a miles de trabajadores. Se implementaron los llamados “pactos económicos” mediante los cuales, desde fines de 1987 se aumentaron, mensualmente,  los precios de los energéticos: luz, combustibles y electricidad; pero sin aumentar   los salarios, con la finalidad de atraer, mediante  mano de obra barata, inversiones extranjeras, supuestamente  para crear los empleos que requiere el país.

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En este sexenio el crecimiento del PIB fue nulo, y la inflación
y la devaluación del peso alcanzaron niveles nunca vistos antes.

ESPERANZA FRUSTRADA

       A esta  política antipopular, iniciada por Miguel de la Madrid y su Secretario de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari, se opusieron dentro del PRI varias personalidades de orientación nacionalista y patriótica, sobresaliendo Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo, quienes dieron la pelea, a través de la Corriente Democrática dentro del partido, para que en la sucesión presidencial de 1988 se eligiera a alguien que  abandonara dicha orientación antipopular. No pudiendo con las fuerzas retardatarias del PRI, dicha corriente salió del partido y nombró como candidato a presidente de la República a Cuauhtémoc Cárdenas, quien registrado inicialmente por el PARM  logró rápidamente, no sólo el apoyo  de la oposición de izquierda, sino de la mayoría de la población, agrupándose en el Frente Democrático Nacional (FDN). Sin embargo, con el apoyo tácito del PRI, las elecciones de 1988 terminaron en fraude, imponiéndose mediante la famosa caída del sistema, a Salinas de Gortari. 

EL SALINATO.

        Salinas de Gortari, para contrarrestar el gran descontento por el fraude, lo primero que hizo fue aliarse con el PAN y las fuerzas reaccionarias. Promovió la reforma de  los  Artículos 27, 123 y 130 de la Constitución para responder a los intereses del PAN. Se continuó con la desincorporación de  las empresas del Estado incluyendo los bancos recientemente nacionalizados.  Se suprimieron los

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subsidios a la producción agrícola y se desmanteló toda la ayuda que se hacía al sector rural, abandonando el campo a su suerte.  Como consecuencia se comenzó a perder la soberanía alimentaria, al tener que importar más alimentos en lugar de producirlos y exportarlos. Se inició el desmantelamiento de Pemex y su apertura a la iniciativa privada. Los salarios siguieron perdiendo su poder adquisitivo, y aumentó la pobreza de la mayoría del pueblo. Así se llegó a 1994 con la entrada en vigor del TLC e incorporar a nuestro país en la globalización, puesta en marcha por los países industrializados, para contribuir a evitar la crisis de sobreproducción que ya se vislumbraba en los EU, abriendo las fronteras de México y Canadá para dar salida al exceso de mercancías, con el argumento, según Salinas de que nuestros empresarios, aprenderían a competir con eficiencia, sin considerar las condiciones desfavorables de nuestra economía frente a la de esos países. Al finalizar esta administración, era evidente que el peso mexicano estaba sobrevaluado, pues desde 1989 se registraron déficits crecientes en la balanza comercial, de 6,085 millones de dólares, en ese año hasta 28,500 m. de d. en 1994, debido a que el tipo de cambio de $ 3.00 por dólar afectaba a nuestras exportaciones (Octavio García Rocha. La 1ª. Crisis de la Globalización). Para financiar parte de los déficits, el gobierno emitió los Tesobonos con atractivos intereses en dólares, a corto plazo, inicialmente adquiridos por los veteranos de la guerra de Vietnam, en los EU dando  oportunidad a los especuladores para hacer grandes negocios, por lo que 5 casas de bolsa de los grupos financieros beneficiados con la reprivatización bancaria (Banamex, Inverméxico, Obsa-Serfín, Probursa y Mexin) incrementaron en casi 4 veces la adquisición de Tesobonos (Carlos Fernández Vega. La Jornada, 18/04/08). La devaluación se pospuso debido a los acontecimientos de 1994 principalmente,  la aparición del EZLN, las elecciones y
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los asesinatos de Colosio, y Ruiz Massieu, quedando frustrada la nueva esperanza de cambio que se vislumbró con el discurso de Colosio del 4 de marzo, en el cual reconoció la desastrosa situación del país. Aunque mal repartido, el crecimiento del PIB no fue tan exiguo, pues totalizó un 25.87 % al finalizar el sexenio.

EL ZEDILLATO

       Lo primero que hizo Zedillo fue cometer el “error de diciembre” al filtrar a un grupo de empresarios que el nuevo tipo de cambio que implementaría el gobierno sería sólo de $ 3.40 a $ 4.00 por dólar (Crisis económica de México de 1994, en Wikipedia) y aunque así se hizo, los especuladores tuvieron tiempo de adquirir grandes cantidades de dólares baratos, haciendo insostenible dicho tipo de cambio y sucediéndose sucesivas devaluaciones del peso cuando éste se puso a flotar libremente. Cuando, por la devaluación, subieron los intereses y los deudores no pudieron pagar, el gobierno en lugar de tomar en sus manos la administración bancaria,  decidió comprar la cartera vencida de los bancos, mediante bonos del FOBAPROA a10 años con altos intereses, con una serie de irregularidades y violaciones legales, que dieron origen al más grande saqueo de la nación de más de un billón de pesos, al convertirlo ilegalmente, en deuda pública para beneficiar a  grandes empresarios y banqueros. Estos, finalmente, en su mayoría, vendieron sus bancos a extranjeros, quienes en la actualidad, obtienen en México enormes ganancias, por las altas comisiones e intereses que en sus países de origen no les permiten  (Ver el C. de D. No. 17, EL FOBAPROA).



      
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        Además, en este sexenio se continuó con lo mismo. Se siguió descuidando el crecimiento y el mantenimiento de la planta industrial del país, especialmente de Pemex y la CFE, priorizando la venta de petróleo crudo para favorecer a los EU, sin construir las refinerías necesarias para nuestros combustibles; se pusieron a la venta las plantas petroquímicas y los Ferrocarriles Nacionales,  entre otras empresas. El crecimiento del PIB  fue de 22.18 %.

EL PRI, APOYADOR INCONDICIONAL DEL GOBIERNO.

       Así se llegó al año 2000 y en todos los casos el PRI cumplió con su función natural de aplaudidor de los actos de gobierno, aun en contra de los intereses populares y de los principios de sufragio efectivo y justicia social que le dieron origen.

1.      Aprobó y aplaudió la intervención inconstitucional y criminal del ejército en el movimiento estudiantil de 1968.
2.      Ha permitido, hasta la fecha la disminución del poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores y las enormes ganancias de los grandes empresarios, que han provocado la gran concentración del ingreso en unos cuantos y pobreza en la mayoría de la población.
3.      Aplaudió intensamente la nacionalización de la banca pero también su desnacionalización.
4.      Permitió el fraude electoral en 1988, cuando había una esperanza de cambiar la política neoliberal que empezaba a hacer estragos en la economía nacional y aprobó junto con el PAN la quema de los paquetes electorales sin que se permitiera analizarlos.
5.      Ha permitido la privatización del patrimonio nacional sin que se aprecie ningún beneficio para el país, con los fondos obtenidos.
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6.      Ha permitido el crecimiento de la deuda pública externa e interna, comprometiendo los intereses del país.
7.      También junto con el PAN, avaló el desvío de recursos de la nación para rescatar a los banqueros con el FOBAPROA.
8.      Aprobó el incremento del IVA del 10 al 15 % para compensar en parte el efecto del FOBAPROA.
9.      Avaló el TLC sin analizar las graves consecuencias que iba a traer a nuestro país.
10.  Permitió la reforma educativa de 1993 de descentralizar la educación hacia los estados, lo que ha significado mayor atraso para los estados pobres.

       Lo que dio origen a que ante el clamor de la sociedad para que cambiara esta situación, en el 2000, el PRI perdiera las elecciones, al creer el pueblo, en la oferta de cambio hecha por Vicente Fox.

EL SUPUESTO “CAMBIO”

       De nuevo, la esperanza de cambio que despertó Fox se convirtió en otra frustración, pues resultó más de lo mismo. Algunos parámetros de la economía nacional mejoraron, como baja inflación, poca devaluación y altas reservas, que se debieron fundamentalmente a los precios altos del petróleo crudo y a las medidas tomadas por el Banco de México, como retirar circulante. Pero se siguió aplicando la misma política depredadora del neoliberalismo, principalmente la  constante pérdida del poder adquisitivo del salario de los trabajadores y por lo tanto una gran concentración del ingreso en unos cuantos. Las promesas electorales, de crecimiento del PIB al 7 % anual, “vochos” y “changarros” para todos, quedaron en el aire. Fox declaró que su gobierno era de empresarios, por empresarios y para
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empresarios; lo que demostró hasta el cansancio. Cuando vio que la popularidad de López Obrador crecía, por la forma de gobernar el DF, llegando a ser el 2º mejor alcalde del mundo y que le afectaba en su deseo de dejar a su esposa Marta Sahagún  en la presidencia, se dedicó a atacarlo con saña y  con la complicidad del alto sector empresarial, los medios de comunicación y hasta la bancada priísta del Congreso, quienes lograron finalmente desaforarlo, lo que no prosperó por la forma ilegal de hacerlo y por la enorme movilización popular en apoyo de AMLO. Finalmente,  como no pudo evitar que López Obrador fuera candidato a la presidencia,  con el apoyo de aquéllas  mismas fuerzas   retrógrados y desde el poder orquestó el fraude en 2006, para imponer ilegalmente a Calderón que garantizaba seguir con la misma política neoliberal acorde con sus intereses.

       Como resultado de esta política se agudizó la pobreza y el desempleo, el agravamiento de la corrupción, la delincuencia, la emigración anual de más de 500,000  mexicanos hacia los EU en pos de trabajo, desnutrición, prostitución, comercio informal o ambulantaje, caída del consumo, de la producción, de la recaudación de impuestos, del ahorro, del crédito y crisis en el IMSS y el ISSSTE. El crecimiento del PIB fue de sólo 14.8 % en todo el sexenio.


EL ESPURIATO

       El fraude orquestado por Fox y sus empresarios, ha resultado muy caro para la nación. Ahora se confirma, por boca del Vaticano, que ese expresidente es un desquiciado mental enfermo de narcisismo. Calderón  carece del apoyo popular, pues solamente tiene el apoyo pagado que le da el Estado Mayor Presidencial  y sus amigos del PAN.           En cambio López Obrador, quien tomó  posesión como Presidente
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Legítimo de México en un acto multitudinario de más de un millón de delegados a la Convención Nacional Democrática el 20 de noviembre de 2006 no ha perdido su popularidad y sigue defendiendo el proyecto alternativo de nación, cimentado en nuestras raíces históricas, opuesto al neoliberalismo. Lo peor es que Calderón, muy lejos de tratar de legitimarse, a más de dos años de su gobierno, ha resultado incapaz de conducir al país por la senda del progreso. Lo primero que hizo, para tratar de legitimarse, con el pretexto de combatir el narcotráfico y la delincuencia organizada, fue sacar al ejército mexicano  de los cuarteles y asignarle funciones policiacas para las cuales no está preparado, violando, además el Art. 129 de la constitución. Los resultados han sido desastrosos, aumentando los índices delincuenciales, y los asesinatos de inocentes, incluidos los asesinados por el propio ejército en los retenes anticonstitucionales. El índice de mortandad por ejecuciones, que  era de 8 al comenzar el sexenio, al cumplirse los dos primeros años del mismo, se ha elevado a 14, por lo que ya van más de 8,000 ejecutados (Programa radiofónico Análisis del Dr. Eduardo Andrade, en ABC Radio) La ineptitud del gobierno federal  no le permite  darse cuenta que no sólo el narcotráfico, sino todos los problemas que agobian al país, son consecuencia del sistema neoliberal impuesto desde 1982 y que ha demostrado su fracaso absoluto aun en su propia cuna, los EU. Cualquier persona, con un poco de criterio, sabe que si toda la gente tuviera empleo bien pagado, la delincuencia sería mínima. La experiencia de los 4 sexenios anteriores demuestra que si no se cambia  esa política, el país se hundirá más y más.

No obstante lo anterior, el PRI:



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11.  Se prestó al juego de Fox para desaforar ilegal e injustamente a López Obrador como Jefe de Gobierno del DF.
12.  Avaló el fraude electoral de 2006, cuando el propio TEPJF violó el Art. 41 Constitucional y el COFIPE, para no permitir que AMLO llegara a la presidencia.
13.  Facilitó la toma de posesión de Calderón como presidente, en lugar de protestar contra el fraude.
14.  Ha sido cómplice del PAN en la aprobación de leyes perjudiciales para la población, como la Nueva Ley del ISSSTE, la del IETU, la reforma energética, etc.
15.  No dice nada sobre la pérdida constante de la capacidad de compra, que realiza la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos al fijar los montos anuales de dichos salarios, convirtiendo en letra muerta lo dispuesto por la Constitución y la Ley Federal del Trabajo.
16.  Tampoco protesta ante el gobierno, por darle funciones de policía al ejército, contraviniendo la Constitución.

     Sin embargo, hay que reconocer la existencia de personalidades en el PRI muy valiosas que no están de acuerdo con esa política, como se demostró en el debate sobre la reforma petrolera auspiciado por el Senado.

Y ante la división interna del PRD y la inconformidad de las bases por la actitud de sus dirigentes y ante el gran descontento general por la forma de gobernar de los panistas, se vislumbra el regreso del PRI al poder, otra vez con la esperanza del cambio, frustrada durante 4 ocasiones.

En horabuena si el PRI se enmienda y responde a las expectativas del pueblo. Pero es necesario que ofrrezca y cumpla, si regresa al poder, de enderezar el rumbo del país
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abandonando el neoliberalismo, comenzando con restituir el valor adquisitivo del salario mínimo perdido desde 1982, que  debería ser de $ 231.33 y no de los miserables $ 54.80. Para no provocar inflación, se sugiere que el Congreso implemente un plan para recuperar poco a poco, ese valor adquisitivo perdido, con aumentos paulatinos, por ejemplo de 5 % anual a los salarios reales, previo acuerdo de todas las fuerzas productivas para no incrementar los precios de las mercancías. Así se reactivaría el mercado interno, aumentaría la producción económica, se generarían empleos y crecería el PIB.

       Además, otras medidas que el nuevo PRI debe abanderar si quiere regresar al poder, serían entre otras:

1. Austeridad en el gasto público, suprimiendo gastos superfluos y dispendiosos; disminuir el número de diputados y senadores y otorgarles las mismas prestaciones que a los demás servidores públicos, mediante el ISSSTE, suprimiendo las enormes partidas para seguros, gastos médicos, etc.; bajar el costo de las campañas electorales; suprimir aparatos burocráticos innecesarios; etc.

2. Disminuir el sueldo de los altos funcionarios, incluyendo el presidente, sus secretarios, magistrados y consejeros judiciales y electorales; gobernadores, etc., de manera que no rebasen 30 salarios mínimos mensuales. En la actualidad hay funcionarios que además de su sueldo perciben gastos de representación, bonos mensuales, trimestrales y anuales, mientras más de la mitad de la población sobrevive en la miseria.

3- Que todos los altos puestos públicos, ya sean de elección popular o de nombramiento, se otorguen por concurso, para garantizar su preparación y competencia.
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4.Hacer una reforma fiscal de manera que paguen mayores impuestos los que más tienen, suprimiendo el injusto IETU y suprimir la exención de impuestos a las grandes corporaciones empresariales.

5.Nacionalizar la banca, no sólo para encauzar el ahorro nacional para dar crédito a las actividades productivas de la nación, actualmente destinado en su mayor parte al consumo, sino para evitar el atraco que se hace a los cuentahabientes con las grandes comisiones e intereses que significan las altas  ganancias bancarias que, finalmente van a dar a sus países de origen.

6.Destinar mayor presupuesto a educación y a investigación científica.

7.Reformar nuestro obsoleto sistema de justicia de manera que sea nombrado por el pueblo para garantizar su independencia del ejecutivo.

Sólo así podría ponerse un hasta aquí a la política devastadora que ha arruinado al país en los últimos 4 sexenios y en el actual.

Chilpancingo, Gro. Enero de 2009.

Ing. Arturo Flores Jiménez
arfloji@hotmail.com








 




















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Por Arturo Flores Jiménez
 



Chilpancingo, Gro., enero de 2009.
 

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